Michael Pollan, periodista, activista y profesor de periodismo de la Escuela de Periodismo de Berkeley; Thomas Chong, actor, comediante y músico; Carl Hart, Neurocientifico y psicologo, profesor de la Universidad de Columbia; Mark Kleiman, profesor experto en política criminal y drogas; y Rosalie Liccardo Pacula, economista y profesora de la Escuela de Graduados Pardee RAND, expertos en marihuana hablan sobre el aumento de las poderosas plantas de cannabis “privadas de sexo”, la búsqueda de variedades consistentes y la historia del cáñamo.
El cannabis es la droga ilegal más famosa del mundo, las prácticas alrededor de su consumo se han trasformado a través de los años, al punto en que hoy la resina psicoactiva que se encuentra en el mercado no corresponde a la de la hierba antigua. La marihuana de hoy es tres veces más potente que la de mediados de los años 90, cuando se empezaron a llevar registros sobre sus componentes en países como USA, Italia y Reino Unido.
Las primeras evidencias del uso de la resina de la planta de cannabis se remontan a Asia, de ahí su uso se ha extendido por el mundo, inicialmente hacia el Oriente Medio, a través del uso del hachís, luego a India donde se utilizó como bebida sagrada, África donde se usó como medicina y potenciador de valentía y finalmente llegó a América.
Carl Linnaeus, un científico y botánico sueco clasificó la planta en tres variedades en función de las características dependientes de las condiciones geográficas:
Cannabis indica: crecía en clima frio, era llamado cáñamo, no tenía fuertes propiedades psicoactivas sino que se usaba por lo largo y fuerte de sus fibras; durante el consumo predominaba una experiencia de letargo (somnolencia).
Cannabis sativa: crecía en clima cálido, tenía fuertes propiedades psicoactivas y durante el consumo predominaba una experiencia energética.
Cannabis ruderalis: plantas pequeñas de Rusia, crecen más rápido y tiene cientos de variedades.
El cannabis tiene más de cien componentes canabinoides y otros cuatrocientos componentes no psicoactivos, que hace que cada planta tenga un perfil muy específico. Los componentes más importantes son el TCH (tetrahidrocannabinol) y el CBD (canabidiol) los cuales son contenidos en la planta de manera inversamente proporcional. La indica contiene en mayor proporción CBD y la sativa TCH.
El cuerpo humano tiene un sistema endocanabinoide, produce de manera endógena cannabinoides y tiene receptores para cada uno de estos. A través de estas sustancias se regulan aspectos como el apetito, la cognición, la motricidad fina, el estrés y la euforia.
Linnaeus, evidenció algo inusual en el cannabis: las plantas tienen partes femeninas y masculinas, con el cannabis unas plantas producían polen (masculinas) y otras semillas (femeninas) y al ser separadas unas de las otras, podían mantener la producción de TCH en las femeninas al impedirles producir semillas, potencializando así la producción de sus flores.
Durante el siglo XX, México era el primer país proveedor de marihuana para los Estados Unidos, para este momento se vendía la planta completa (hojas, tallos, semillas y flores) que contenía en promedio un 3% de THC. La guerra contra las drogas obligó a que la planta se empezara a cultivar en el país, sin embargo, por las condiciones climáticas, cultivar cannabis sativa solo se podía en California. A finales de los años 70 se llevaron semillas de cannabis indica y ruderalis y se empezaron a crear híbridos, modificando y aumentando su contenido de THC a un 25%, también se empezó a limitar la comercialización solo a las flores. Por el pequeño tamaño se pudo cultivar bajo techo, su producción se hizo más sencilla y se extendió al resto del país.
En los años 90, la proporción de THC frente al CBD era de 11: 1, hoy en día es de 250:1, la marihuana que es comercializada tiene mucho más TCH que CBD, además de esto, por la normalización de la producción de híbridos se han perdido las muestras puras de indica y de sativa. Ahora no es posible identificar por la forma de la planta la predominancia de sus componentes, la única forma es a través de la experiencia de consumo.
La comercialización ilegal de la marihuana hace que haya muy poca evidencia científica sobre su composición, esto ha impedido que se establezca una Unidad Estándar de la Marihuana que permita determinar componentes, efectos, dosis etc; solo a través de la marihuana legal y regulada se pueden crear perfiles químicos regulares de la sustancia y empezar a establecer parámetros y experiencias de consumo.
A pesar de ser la sustancia psicoactiva ilegal más popular del mundo, su variabilidad hace que el trabajo investigativo sea limitado, se tienen pocas investigaciones concluyentes acerca de las consecuencias del consumo en el largo plazo y se han iniciado muchas investigaciones acerca de los beneficios del THC para tratamientos paliativos o del CBD como un componente neuroprotector, sin embargo, no hay mucha información concluyente.
Si la marihuana se regula y se legaliza el mercado dependerá de los consumidores habituales puesto que representan un 87% de los compradores, estas personas tienen mayores niveles de tolerancia a la sustancia por lo que las necesitan más potentes y en dosis más altas; esto indica que la investigación se centrará en híbridos más potentes.
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Recomendaciones generales:
📌No consuma ninguna sustancia psicoactiva, si lo hace que no sea de forma habitual.
📌Cuídese físicamente antes, durante y después del consumo a través de la alimentación y la hidratación.
📌Implemente estrategias de desintoxicación los días siguientes al consumo
🔥 Signos de alarma 🔥
Si siente la necesidad de aumentar la dosis para sentir los efectos que inicialmente sentía, dese un respiro y no consuma durante un buen tiempo, eso va a disminuir la tolerancia, manténgala ahí a través del consumo no habitual, es decir, que no haga parte de su rutina o que el consumo no presente un patrón.
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