¿Por qué el consumo de sustancias psicoactivas se debe evitar o retrasar por lo menos hasta después de los 21 años?
Estudios científicos evidencian que el cerebro alcanza su punto máximo de desarrollo y maduración entre los 20 y los 22 años. Desde la etapa embrionaria, a través de la infancia y la adolescencia hasta la adultez el cerebro sufre un proceso denominado mielinización, que consiste en la creación y refuerzo de redes neuronales.
Durante los primeros años de vida ésta mielinización se centra en las zonas subcorticales (o internas) del cerebro que están encargadas de las conductas reflejo y los primeros aprendizajes, seguido de esto, durante la adolescencia y el inicio de la edad adulta esta mielinización alcanza las partes corticales (o superiores) del cerebro como el lóbulo frontal que se encarga de funciones superiores como la atención, el aprendizaje y la memoria y finalmente la toma de decisiones y la solución de problemas.
Antes de este momento el consumo de cualquier sustancia psicoactiva puede ocasionar daños en el proceso. Esto implica un mayor riesgo de desarrollar dependencia a la sustancia a la vez que aumenta el riesgo de sufrir déficits a nivel atención, memoria, velocidad de procesamiento de la información e inteligencia.
Además de esto los problemas asociados al consumo de sustancias en la adolescencia no se limitan a la salud; aspectos que no se han terminado de desarrollar como la toma de decisiones, el control de impulsos y el manejo emocional hacen que el adolescente sea más propenso a involucrarse en conductas de riesgo mayores como discusiones, riñas, relaciones sexuales sin protección, intoxicaciones agudas, etc.
Por esta razón nuestra primera recomendación siempre será NO CONSUMIR NINGUNA SUSTANCIA PSICOACTIVA, evitar o retrasar el consumo de cualquiera de estas hasta después de los 21 años con el fin de reducir las consecuencias negativas.